23 marzo 2007

Acostumbrándome

Ya le estoy cogiendo el truquillo a todo esto. Por un lado me he dado cuenta que quien me pone son las chicas, no tengo dudas al respecto. Las veo vestidas y me caliento imaginando como serán sin ropa, o simplemente disfrutando con sus movimientos, con sus curvas... me encantan y disfruto con mi imaginación, fantaseo con mantener relaciones sexuales más o menos pervertidas en función de mi estado de ánimo o de lo que sea. Con los tíos es diferente, veo un tío y no me dice nada, no me excita... pero en el gym, en los vestuarios reconozco que me caliento y debo tener muchísimo cuidado para no empalmarme, me pone ver tíos en pelotas, pero no cualquiera... me gustan cuidados, musculaditos (mejor fibrosos), depilados mejor y jóvenes. Me calienta mirar pollas, ver los tamaños, las formas... Yo las prefiero grandes y con el capullo marcado a través del prepucio, sin vello. El deseo que despierta sí implica contacto, pero sólo con la mano o incluso con la boca... Reconozco que jamás he tocado un cipote que no sea el mío y parece mentira que a estas alturas descubra esta faceta.
Hoy en la sauna sólo había un chico, tumbado, tenía depilado su rabo (grande y jugoson) así como los huevos (como coño lo habrá hecho para no hacerse daño?) pero se había dejado el vello de encima de la polla, el efecto era tan cojonudo que tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no cagarla con una erección, luego me arrepentí... no entró nadie y podía haber dejado que viera mi polla tiesa y... a lo mejor pasaba algo más... he oído que en las saunas a veces pasan cosas... y creo que si este chico hubiera querido... al menos una pajilla, o mejor, un mamadón... y me hubiera estrenado con una tranca fantástica. Vale, os dejo hasta el lunes, besos.

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